La crisis del COVID-19 cambió el modo de trabajar para siempre. El mundo tuvo que adaptarse a una nueva normalidad y reinventarse para afrontar los nuevos desafíos que implicó la transformación en el modo tradicional de trabajo.
Muchos de los trabajadores creen que la pandemia marcó el fin del trabajo 100% en la oficina y están en búsqueda de modelos hibridas que combinen el trabajo en la oficina con el home office. ManpowerGroup realizó un estudio a más de 8,000 personas en 8 países para entender lo que quieren los trabajadores. La investigación apunta a que las empresas deben adoptar un enfoque que se centre primero en las personas, para re imaginar un futuro del trabajo que funcione por igual tanto para las organizaciones como para las personas, priorizando la salud, el bienestar y el cuidado responsable.
El estudio revela que mantener el empleo es la principal prioridad de los trabajadores en todo el mundo (9 de cada 10). Además, luego de lo relacionado a la salud, la investigación plantea tres preocupaciones principales de los trabajadores. Mantener la autonomía y una modalidad hibrida de trabajo con la posibilidad de combinar el trabajo remoto con la presencialidad, tener un aprendizaje continuo para mantenerse activo en el mundo del trabajo con más oportunidades de aprender virtualmente; y por último, poder conciliar la vida familiar y laboral a largo plazo.
Si bien mantener la flexibilidad es un tema que le preocupa a todos, la forma en que los trabajadores se sienten frente al regreso a la oficina varía según la generación.
- GEN-Z: se encuentra más positiva en cuanto al regreso, quiere más espacio, dispuesta a ponerse al día con los colegas, más abierta a aprender y establecer contactos para ascender y ganar más.
- Boomers: con ganas de regresar, prefieren colaborar en persona, valoran el espacio entre el trabajo y el hogar.
- GEN-X: es más probable que se sienta aliviado, menos probable que esté nervioso o preocupado por la salud. Deseoso de volver a la oficina para colaborar y concentrarse.
- Millennials: es la generación menos positiva, especialmente los que son padres. Quieren estar seguros de que los trabajadores enfermos se quedarán en casa, la mayoría evita el traslado diario y son los menos dispuestos a perder la flexibilidad que habían ganado.
Este cambio de paradigma ha traído incertidumbre y distintas opiniones sobre cuál es la forma correcta de afrontar esta nueva modalidad. Sin embargo, algo seguro es que el futuro del trabajo cambió para siempre y las empresas tienen que repensar cómo adaptarse.