Poder delegar estas tareas a un equipo especializado puede darle una gran ventaja a las compañías que las contratan.
Desde hace ya algunos años, el mercado laboral se ha vuelto más exigente y competitivo. A medida que los talentos empiezan a elegir en qué industrias y compañías quieren desarrollarse, las empresas deben ponerse creativas a la hora de atraer a sus colaboradores, y darles herramientas para que puedan continuar escogiéndolas cada día.
En este escenario, la capacitación continua es ya una herramienta clave para el desarrollo de los talentos y la competitividad de las organizaciones. Sin embargo, en el mercado local aún hay muchas compañías que todavía enfrentan desafíos para implementar estrategias de formación efectiva y sostenida en el tiempo.
Entonces, las compañías necesitan preparar a sus colaboradores para que puedan acompañarlas en este nuevo camino que empiezan a transitar. Pero se enfrentan a un problema real: la carencia de programas de capacitación formal y continua en el ámbito laboral, lo que limita el desarrollo de habilidades técnicas y blandas que hoy son indispensables.
En muchos casos, los trabajadores se incorporan a las empresas con brechas formativas que luego no se abordan internamente. Esto genera una baja productividad, retrasa los procesos de innovación y afecta la calidad de los servicios y productos.
Además, sin oportunidades claras de desarrollo profesional, los talentos más curiosos y con alto potencial suelen migrar a empresas que sí ofrecen crecimiento, o incluso a otros países, lo cual agrava la rotación y dificulta la retención del talento local.
Capacitación como inversión, no como gasto
Muchas organizaciones todavía consideran la formación como un costo prescindible. Pero lo cierto es que invertir en capacitación no solo mejora el desempeño individual y colectivo, sino que también fortalece el compromiso de los colaboradores con la empresa.
Una persona que siente que su empleador invierte en su desarrollo está más motivada, aporta más valor y tiene mayor predisposición a crecer dentro de la organización.
¿Qué pueden hacer las empresas?:
- Realizar diagnósticos de necesidades formativas: antes de diseñar cualquier plan, es fundamental detectar qué habilidades necesita el equipo para mejorar su rendimiento actual y prepararse para los desafíos futuros.
- Fomentar el aprendizaje continuo: no se trata de capacitar solo cuando aparece una nueva herramienta o proceso. Las empresas pueden crear academias internas, fomentar programas de mentoring, o facilitar el acceso a plataformas de e-learning como parte de una cultura organizacional centrada en el desarrollo.
- Aliarse con instituciones educativas: establecer convenios con universidades, institutos técnicos o centros de formación puede ser una vía eficiente para brindar capacitación especializada sin asumir todos los costos internamente.
- Reconocer y premiar el esfuerzo formativo: las capacitaciones deben estar acompañadas de una política de reconocimiento que valore a quienes se capacitan y aplican sus aprendizajes al trabajo diario.
Un camino hacia la competitividad y la inclusión
Promover la capacitación continua no solo mejora la competitividad empresarial, sino que también genera un impacto positivo en la economía nacional. Elevar el nivel de formación de la fuerza laboral es clave para reducir desigualdades, potenciar la innovación y construir un ecosistema empresarial más sólido y resiliente.
Paraguay tiene un gran potencial de desarrollo. Apostar por la formación constante del capital humano es una de las decisiones más estratégicas que las empresas pueden tomar para crecer de forma sostenible y generar valor real en el país.