Realizar algunos ejercicios antes y prepararse son clave para poder tener esta instancia de la mejor manera.
La primera entrevista laboral siempre es un momento de estrés, por eso es importante saber cómo gestionarlo. Es bueno que vivas esta experiencia del mejor modo posible, y para esto hay pequeños ejercicios que podés hacer para relajarte y mostrar tu mejor versión.
Prepararte mental y emocionalmente para tu primera entrevista es tan importante como trabajar en tus respuestas. Desde Manpower elaboramos un listado de algunos ejercicios prácticos que pueden ayudarte a tener más tranquilidad y seguridad:
Respiración profunda: dedicá unos minutos antes de la entrevista a practicar respiración diafragmática. Inhala contando hasta cuatro, retén el aire otros cuatro segundos y exhala lentamente. Este ejercicio calma el sistema nervioso. Podés sumarle a esto algunos ejercicios con la boca para relajar los músculos de la cara y no lucir tenso en la primera impresión.
Visualización positiva: imaginá el desarrollo de la entrevista: cómo ingresás, te presentás con confianza y respondés las preguntas. Enfocate en sentir tranquilidad y seguridad en este escenario mental. Podés sumar a esta visualización elementos que te den seguridad: puede ser una prenda favorita, un objeto que lleves en la cartera o la mochila y más.
Estiramientos y relajación física: realizá estiramientos ligeros para liberar tensión acumulada. Enfocate en los hombros, cuello y espalda, ya que suelen ser las zonas más afectadas por el estrés. En YouTube podés acceder a diferentes rutinas de relajación, incluso podés practicarlas los días previos para ir aflojando el cuerpo con anticipación.
Preparación en voz alta: ensayá tus respuestas frente a un espejo o con un amigo. Esto reduce el nerviosismo al familiarizarte con tu discurso y con el tono de voz que usarás. Otra opción es filmarte y mirar qué gestos o palabras te gustaría corregir.
Meditación: cinco minutos de meditación pueden marcar la diferencia. Cerrá los ojos, concentrate en tu respiración y dejá pasar los pensamientos sin quedarte en ellos. Te recomendamos esta práctica para hacerla cotidianamente, y más los días que tengas presentaciones importantes.
Revisión final de tu CV: tomate unos minutos para revisar tu currículum, tu carta de presentación o cualquier material que hayas enviado. Tener claridad sobre lo que presentaste te hará sentir más preparado. Del mismo modo, chequeá a qué puesto te estás postulando y, si es posible, investigá de qué se trata para poder hacer preguntas más específicas sobre tus futuras funciones.
Mantra personal: creá una frase motivadora como: “Estoy preparado y haré lo mejor que pueda”. Repetirla antes de la entrevista puede ayudarte a fortalecer tu confianza.
Con estos ejercicios, vas a poder presentarte relajado, enfocado y seguro, aumentando tus posibilidades de causar una excelente impresión.
Recordá también que se trata de una experiencia, que más allá del resultado, será un momento para aprender.