Para esto debes contar con datos del mercado, la industria y de empresas de similares tamaños. Dónde conseguirlos y cómo utilizarlos.
Hablar de dinero nunca es fácil. Para muchos candidatos, pedir un sueldo es una mezcla de temor, intuición y adivinanza. Se piensa: “¿Y si digo un número muy alto y me descartan?”, “¿Y si digo muy bajo y me arrepiento después?”. La verdad es que pedir un salario no debería basarse en nervios, sino en información. Cuanto más claro tengas el mercado, más seguridad vas a sentir al negociar.
La clave es armar un rango salarial realista, basado en datos y no en suposiciones. Ese rango te permite comunicar tu expectativa de manera profesional, flexible y estratégica.
Primero: saber sobre tu perfil y tu seniority
Antes de mirar números, es fundamental conocer dónde estás parado profesionalmente. No importa si trabajaste en empresas grandes o chicas: lo que importa son tus habilidades, tu experiencia y tu nivel de autonomía.
En general, las categorías que usa el mercado son:
Sumar las variables personales
El salario no es solo “lo que vale el puesto”. También tiene que ver con tu realidad y tus necesidades. Antes de dar un número, es bueno preguntarse:
No es lo mismo un programador que maneja un lenguaje de nicho que un rol administrativo más generalista. Tu rareza en el mercado también influye.
Definir tu rango salarial
Desde Manpower te recomendamos seguir esta receta para calcular tu salario:
A esto hay que agregarle los beneficios, que pueden mejorar considerablemente la propuesta salarial dependiendo de cómo se ajusten a tu estilo de vida. Por ejemplo, tener paga la cobertura en salud y el gimnasio, o acceder a un descuento en la universidad puede ser muy valorado por ciertos candidatos.
A esto, hay que agregar que el contar con un modelo de trabajo híbrido sigue siendo uno de los beneficios muy buscados por los talentos, así como el acceso a formación continua. Es decir, un sueldo un poco más bajo puede valer la pena si el paquete completo es atractivo.
Cómo comunicarlo
El momento de la entrevista en que te piden tu expectativa suele ser tenso, pero no tiene por qué serlo si estás preparado. Una respuesta buena suele ser: "Según las referencias del mercado y mi experiencia, estoy buscando un rango entre tanta cantidad de dinero. De todas maneras, estoy abierta a conversar según el paquete total de beneficios."
Así, en tus palabras mostraste que investigase, que conocés el mercado, que tenés una visión real de las cosas y también flexibilidad.
Armar un rango no solo te ayuda a negociar; también tiene un impacto al elegir dónde trabajar. Un salario que no te permite vivir bien termina generando frustración, estrés y rotación.