Conocen por haber vivido, pero también porque están abiertos a atravesar procesos de recapacitación.
Muchas veces, la conversación sobre diversidad laboral suele centrarse en género o inclusión de jóvenes, pero hay un grupo cada vez más relevante que está ganando protagonismo: los profesionales mayores de 50 años.
Este segmento, conocido como talento silver, no solo representa una porción creciente de la población activa, sino que también ofrece un valor diferencial que las no deben darse el lujo de desaprovechar.
La llamada silver economy hace referencia al impacto económico y social de las personas mayores de 50 años. En nuestra región, este grupo está en pleno crecimiento, impulsado por cambios demográficos: mayor expectativa de vida, descenso de la natalidad y la necesidad de prolongar la vida laboral. En países como Brasil, México, Argentina, Chile, Uruguay y Colombia, el peso de esta generación será cada vez mayor en los próximos años, tanto en consumo como en fuerza de trabajo.
Del prejuicio a la oportunidad
Durante mucho tiempo, existieron prejuicios hacia los mayores de 50: supuesta falta de adaptación tecnológica, resistencia a capacitarse o costos elevados para las empresas.
Sin embargo, la evidencia muestra lo contrario. Los profesionales senior se destacan por su compromiso, estabilidad y capacidad de transmitir conocimiento a nuevas generaciones.
Además, cada vez más, se animan a reconvertirse, aprender nuevas habilidades y explorar trayectorias laborales más flexibles, como el trabajo por proyectos, la consultoría o el emprendedurismo.
Una respuesta a la escasez de talento
El informe global de Escasez de Talento de ManpowerGroup indica que América Latina vive un momento de falta de perfiles críticos sin precedentes. Frente a este panorama, sumar talento senior se convierte en una estrategia inteligente: son profesionales que combinan experiencia práctica, habilidades humanas y resiliencia, cualidades que las empresas necesitan para sostener su crecimiento.
La integración de profesionales de distintas edades genera equipos más sólidos y complementarios. Los talentos silver transmiten conocimientos y experiencias acumuladas, mientras que las generaciones más jóvenes aportan innovación y nuevas miradas. Este intercambio bidireccional enriquece la cultura organizacional y fortalece la capacidad de adaptación de las empresas.
Para capitalizar este potencial, las organizaciones necesitan avanzar hacia políticas más inclusivas:
- Capacitación continua para actualizar competencias digitales.
- Esquemas de trabajo flexibles que acompañen diferentes etapas de vida.
- Programas de diversidad etaria que reduzcan sesgos de contratación.
- Planes de transición (outplacement) que integren nuevas formas de retiro y proyectos post-jubilación.
Mirando hacia adelante
Se estima que hacia 2050 más de 1.600 millones de personas en el mundo tendrán más de 50 años. En nuestra región, este escenario representa tanto un desafío como una oportunidad. Para las empresas, significa contar con un caudal de experiencia que puede ser clave en la innovación y la productividad. Para los profesionales, implica reinventarse, mantenerse actualizados y aportar desde sus valores y motivaciones.
En definitiva, el talento silver no es el pasado: es el presente. Integrar a los mayores de 50 en los equipos no solo es una cuestión de justicia y diversidad, sino también una estrategia competitiva que puede marcar la diferencia en el mercado laboral de las próximas décadas.